El estrés es un fenómeno que afecta la vida personal de miles de personas en el mundo y tiene un vínculo directo con los acelerados ritmos que exigen los tiempos actuales. El estrés demostró tener relación con innumerables problemas de salud física y mental, así también con inadecuadas formas de aceptación de los individuos o la incapacidad de resolver problemas que provoquen cierta tensión en ellos.
Pese a la variedad de sus causas, llega a grandes y chicos, empleados, profesionales y estudiantes. La docencia, en particular, es una de las profesiones más propensas a sufrir estrés; los maestros y profesores que cumplen largas horas diarias de trabajo son especialmente propensos.
Las causas están dadas, en muchos casos, por un conjunto de problemas que comienzan a influir en la vida del docente como una carga. Entre los disparadores se encuentran los bajos salarios percibidos por concepto de pago de su trabajo, o las condiciones laborales en las que se encuentra. Un ejemplo claro lo constituyen las maestras rurales que, en nuestra provincia, recorren largas distancias, de lunes a viernes, para residenciarse en la zona de trabajo.
Según oportunas investigaciones, el estrés laboral se percibe como el conjunto de fenómenos que se suceden en el organismo del trabajador, con la participación de los agentes estresantes lesivos derivados del trabajo y que pueden afectar la salud personal.
Controlar o prevenir este fenómeno es una de las habilidades profesionales más buscadas en la actualidad. Además, se puede tener en cuenta una serie de técnicas de relajación, autoayuda, psicoterapias y una alimentación equilibrada. Una rutina de ejercicios (específicamente aeróbicos) también ayudará a que las personas que padecen tales exigencias laborales recuperen y mantengan la energía que necesitan a diario.
El descanso, tanto del cuerpo como de la mente, es una medida fundamental para conservar activadas las herramientas corporales e intelectuales. Lo que se busca es el equilibrio psicosocial y físico que toda ocupación superior al rendimiento normal de las personas requiere.
Claves para prevenir el estrés
– Aprender a comunicarse. Evitar el aislamiento, buscar la solidaridad de lo pares que comparten las mismas situaciones.
– Adaptar las expectativas a la realidad cotidiana.
– Buscar un equilibrio en las áreas vitales: familia, amigos, aficiones, descanso, trabajo.
– Realizar una rutina de ejercicios que incluya actividades aeróbicas.
– Respetar, conocer y formar las propias emociones.
– Fomentar un buen clima de trabajo en equipo: fijar espacios y objetivos comunes.
– Capacitarse permanentemente, propiciando la elasticidad mental.
– Dialogar con las autoridades del establecimiento. Proponer cambios.
– Hacerse responsable de los propios actos. Aquellos que evaden son más propensos al estrés.